Dios no puede ser definido sino por la fe. La Ciencia se muestra incapaz de negar o afirmar su
existencia.Dios es el objeto absoluto de la fe humana. En lo infinito, El es la Suprema Inteligencia y el Creador del orden. En el mundo, El es el Espíritu de Caridad.
Es así el Ser universal una máquina fatal que produce eternamente las inteligencias con base en el azar, o un Inteligencia providencial que dirige las energías para el mejoramiento de los
espíritus.
La primera hipótesis repugna a la razón. Es desesperante e inmoral.
La ciencia y la razón deben, pues, inclinarse a la segunda.
Si, Proudhon, Dios es una hipótesis; pero es una hipótesis tan necesaria que, sin ella, todos los
teoremas llegan a ser absurdos o dudosos.
Para los iniciados en la Kábala, Dios es la Unidad absoluta que crea y anima los números.
La unidad de la inteligencia humana demuestra la unidad de Dios.
La clave de los números es la de los símbolos, puesto que éstos son figuras analógicas de la
armonía que proviene de los números.
Las matemáticas no sabrían demostrar la ciega fatalidad, ya que ellas son la expresión de lo
exacto, y éste es el carácter de la más alta razón.
La unidad demuestra la analogía de los contrarios. Es el principio, el equilibrio y el fin de los
números. El acto de fe parte de la unidad y retorna a ella.
Esbozaremos una explicación de la Biblia por medio de los números, ya que la Biblia es el
libro de las imágenes de Dios.
Preguntaremos a los números la razón de los dogmas de la religión eterna, y ellos siempre nos
responderán reuniéndose en la síntesis de la unidad.
Las páginas siguientes intentan una explicación sencilla de las hipótesis kabalísticas. Estas no
se basan en la fe y las presentamos sólo como curiosas investigaciones. No está en nuestras
manos innovar en lo referente al dogma, y lo que afirmamos como iniciados se subordina
plenamente a nuestra obediencia como cristianos.
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